jueves, 13 de mayo de 2010

Tatarkiewicz

Tatarkiewicz
Historia de seis ideas

Gabriel Sergent Quero

Wladyslaw Tatarkiewicz (1886-1980) es uno de los filósofos más importantes y trascendentes de la Polonia del siglo XX. Fué uno de los fundadores de la renombrada Escuela Filosófica de Lvov-Varsovia, que representó el punto álgido de la orientación lógico-analítica polaca y que dio lógicos de tanto renombre como Alfred Tarski, entre muchos otros. Y ello a pesar de no ser, él mismo, ni matemático, como muchos de sus compañeros, ni tampoco un estudioso de la lógica. Este brillante autor, desde sus mismos orígenes se dedicó a la historia de la filosofía y, en especial, a la de la estética. Fue un hombre incansable, Tatarkiewicz nos ha dejado más de 300 obras y, entre ellas, dos de realmente decisivas: una historia de la filosofia en tres volumnes y otra de la estética en otros tres (y de la cual el libro que comentamos viene a ser como una cuarta parte). Fue un hombre tan incansable (y tan enamorado de su materia) que escribió sus principales aportaciones al campo de la estética una vez cumplidos los.... ¡setenta años!

“Historia de seis ideas”
Es un resúmen de la historia de la estética desde el punto de vista de sus problemas, conceptos y teorías (desde la antigüedad hasta finales del pasado siglo). Un resúmen ciertamente prolijo en referencias, citas y fuentes y escrito de forma ordenada, sistemática y sin ninguna concesión a la ligereza. Hasta el punto de resultar, de vez en cuando, de lectura incluso monótona cuando el lector no es un estudioso de la materia ni un enamorado de la estética como a sido el caso. Se trata, en realidad, de un buen manual de consulta (que incluye, en consecuencia, una bibliografía magnífica y unos índices de conceptos y nombres de gran utilidad).

Dos últimas estimaciones:

1ª. Dada su condición de manual de estética para consulta de estudiantes y estudiosos, hay que reprocharle una excesiva simplificación (y brevedad) en las referencias, por lo cual no llega nunca a dar una visión suficientemente significativa de los diferentes pensadores.

2ª. El libro es un fiel reflejo de la postura epistemológica de su autor, para el cual el conocimiento se divide en dos etapas: una primera consistente en clasificar los fenómenos en clases y de la cual las definiciones (los conceptos) son el resultado; y una segunda que tiene por objeto las teorías, es decir, aquello que se predica de las distintas clases. La debilidad principal de la postura epistemológica de Tatarkiewicz radica en el hecho de olvidar que toda clasificación presupone, necesariamente, una teoria previa, y, en consecuencia, que los mismos conceptos, lejos de ser únicamente los componentes de las teorias, son, además y a la vez – por paradójico que pueda parecer – el resultado de las mismas.

En “Historia de seis ideas” el autor nos apabulla con un rosario de definiciones y teorías, para concluir, en las últimas páginas del libro, que todas ellas son falsas cuando se postulan como verdaderas universalmente y ciertas (la gran mayoría) cuando se limitan a dar razón de una parcela concreta de estudio. Crítica de presupuestos nunca explicitados y que permite al autor afirmarse en un cómodo eclecticismo.

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